La expareja habría vivido un momento difícil mientras negociaban su divorcio
Shakira y Piqué llevan muchos meses siendo noticia tras conocerse los detalles de su separación, los cuales no han dejado muy bien parado al exfutbolista, quien necesito pocos días para mostrar su nueva relación como Clara Chía.Ahora a esta novela se le suma un nuevo capítulo tras conocerse que la despedida de esta expareja no fue del todo agradable, pues al parecer hubo una dramática escena en uno de los momentos en los que se reunieron para conciliar los temas de su divorcio, los cuales tenían como prioridad la custodia de Shasha y Milan.
En las últimas horas, Look dio a conocer que en la última reunión, Shakira y Piqué estuvieron "a solas en la cocina" y el español "se derrumbó y rompió a llorar. Shakira terminó consolándole con un sentido abrazo durante unos minutos Este hecho se dio tras la conciliación que duro aproximadamente 12 horas y donde se definió que sus hijos finalmente irían a Estados Unidos a vivir con la colombiana, mientras seguramente su padre se quedaba en España continuando con sus negocios después de haber dejado el fútbol profesionalComo si se tratará de una ironía, lo que sí es cierto es que la cantante mostró su lado más tierno e intentó calmar a Gerard, quien parece sufrir mucho también por la actitud que han tenido sus hijos.
Finalmente, también se ha podido conocer que fuentes cercanas al exfutbolista confirman que Piqué ya estaría buscando un apartamento en Miami que tenga varias habitaciones, esto con el fin de que sus padres y él se puedan alojar cuando vayan a visitar a los niños.
las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) han facilitado a los niños y adolescentes un horizonte de conocimientos y experiencias que son, en general, beneficiosas para su desarrollo personal y social. Sin embargo, hay una preocupación creciente por los riesgos que estas oportunidades traen consigo. Este libro es una guía práctica en la que se describen las características de las nuevas tecnologías, se plantean los principales peligros de las redes sociales para los adolescentes y se marcan estrategias de actuación al alcance de los educadores. En el texto se explica el atractivo que las nuevas tecnologías (en particular las redes sociales) suscitan en los adolescentes y jóvenes en función del significado emocional que las relaciones sociales tienen en este período evolutivo de la vida. Se indican con precisión los riesgos de adicción y otras posibles consecuencias negativas asociadas al abuso de las redes sociales (contenidos inadecuados, acoso sexual, ciberacoso y comisión de delitos). Se explican de forma práctica los indicadores que alertan del paso de una afición a una adicción y se detallan los principales factores de riesgo y de protección para los jóvenes a nivel psicológico, familiar y social. Por último, se facilitan algunas indicaciones útiles relativas al uso adecuado de las nuevas tecnologías en función de la edad y se señalan las principales vías de actuación para conseguir una prevención eficaz. Esta guía está diseñada para educadores, incluidos los padres, y otros profesionales que están en contacto directo con los adolescentes. Se ha hecho hincapié en el carácter aplicado del texto y los autores han utilizado dibujos, ejemplos y metáforas que hacen más inteligibles y directos sus contenidos.
About the Author
Enrique Echeburúa Odriozola es catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y miembro de número de la Academia Vasca de las Ciencias, las Artes y las Letras (Jakiunde). Ha sido profesor invitado en las universidades de Calgary y Quebec (Canadá). Miembro fundador del Instituto Vasco de Criminología, ha formado parte, desde su constitución, del Consejo Asesor del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. Ha sido presidente de la Sociedad Vasca de Victimología (2004-2008), codirector de la Revista de Victimología/Journal of Victimology y coordinador científico de la Estrategia de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2013-2015). Actualmente es director del Grupo de Investigación en Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Es autor de 34 libros (entre ellos, Personalidades violentas, 1994; Manual de violencia familiar, 1998; Abuso sexual en la infancia: víctimas y agresores, 2000; Celos en la pareja, 2001; Abuso de alcohol, 2001; Vivir sin violencia, 2002; Superar un trauma, 2004; Manual de victimología, 2006; Predicción del riesgo de homicidio y de violencia grave en la relación de pareja, 2009; ¿Por qué víctima es femenino y agresor masculino?, 2010), algunos de ellos traducidos a otros idiomas, y de más de 470 trabajos en libros y revistas científicas. Ha sido galardonado con los premios de investigación CINTECO (1990) y Rafael de Burgaleta (1994), y, recientemente, con el Premio Euskadi de Investigación en Ciencias Sociales 2017, ha puesto en marcha programas específicos de tratamiento para víctimas de agresiones sexuales y de violencia machista, así como para maltratadores, que han mostrado su eficacia en diversas investigaciones clínicas. Sus líneas actuales de investigación se centran en el trastorno de estrés postraumático en víctimas de agresiones sexuales y en la violencia contra la pareja, así como en la psicología clínica forense. La dirección de su página web es la siguiente: www.enriqueecheburua.com
Ana Requesens, licenciada en Derecho y Administración de Empresas y con un máster en la Universidad de Georgetown, es la directora de la Fundación Gaudium, desde donde se han puesto en marcha numerosos programas dedicados a promover un uso saludable de las nuevas tecnologías por parte de los menores. Ha sido responsable del comité organizador de diversos simposios internacionales sobre ludopatía y adicciones sin drogas y es coautora de la Guía para padres y educadores sobre el uso seguro de Internet, videojuegos y móviles
El síndrome de Down es un trastorno genético que se origina cuando la división celular anormal produce una copia adicional total o parcial del cromosoma 21. Este material genético adicional provoca los cambios en el desarrollo y en las características físicas relacionados con el síndrome de Down.
El síndrome de Down varía en gravedad de un individuo a otro, y provoca incapacidad intelectual y retrasos en el desarrollo de por vida. Es el trastorno cromosómico genético y la causa más frecuente de las discapacidades de aprendizaje en los niños. También suele ocasionar otras anomalías médicas, como trastornos digestivos y cardíacos.
Una mejor comprensión del síndrome de Down e intervenciones tempranas pueden incrementar mucho la calidad de vida de los niños y de los adultos que padecen este trastorno, y los ayudan a tener vidas satisfactorias.
Síntomas
Todas las personas con síndrome de Down son diferentes —los problemas intelectuales y de desarrollo oscilan entre leves, moderados y graves—. Algunas personas son sanas, mientras que otras tienen problemas de salud importantes, como defectos cardíacos graves.
Los niños y los adultos con síndrome de Down tienen un aspecto facial definido. Si bien no todas las personas con síndrome de Down tienen las mismas características, algunas de las más frecuentes son las siguientes:
Rostro aplanado
Cabeza pequeña
Cuello corto
Lengua protuberante
Párpados inclinados hacia arriba (fisuras palpebrales)
Orejas pequeñas o de forma inusual
Poco tono muscular
Manos anchas y cortas con un solo pliegue en la palma
Dedos de las manos relativamente cortos, y manos y pies pequeños
Flexibilidad excesiva
Pequeñas manchas blancas en la parte de color del ojo (iris) denominadas «manchas de Brushfield»
Baja estatura
Los bebés con síndrome de Down pueden ser de estatura promedio, pero, por lo general, crecen más lentamente y son más bajos que los niños de la misma edad.
Discapacidades intelectuales
La mayoría de los niños con síndrome de Down tienen deterioro cognitivo de leve a moderado. Presentan retrasos en el lenguaje y problemas de memoria a corto y largo plazo.
Cuándo consultar al médico
Los niños con síndrome de Down suelen recibir el diagnóstico antes del nacimiento o al nacer. No obstante, si tienes preguntas con respecto a tu embarazo o al crecimiento y desarrollo de tu hijo, habla con el médico.
Causas
Las células humanas generalmente contienen 23 pares de cromosomas. Un cromosoma en cada par proviene de tu padre, el otro de tu madre.
El síndrome de Down se genera cuando se produce una división celular anormal en el cromosoma 21. Estas anomalías en la división celular provocan una copia adicional parcial o total del cromosoma 21. Este material genético adicional es responsable de los rasgos característicos y de los problemas de desarrollo del síndrome de Down. Cualquiera de estas tres variaciones genéticas puede causar síndrome de Down:
Trisomía 21. Aproximadamente en el 95 por ciento de los casos, el síndrome de Down tiene origen en la trisomía 21: la persona tiene tres copias del cromosoma 21 en lugar de las dos copias habituales, en todas las células. Esto sucede por la división celular anormal durante el desarrollo del espermatozoide o del óvulo.
Síndrome de Down mosaico. En esta forma poco frecuente de síndrome de Down, solo algunas células de la persona tienen una copia adicional del cromosoma 21. Este mosaico de células normales y anormales ocurre por la división celular anormal después de la fertilización.
Síndrome de Down por translocación. El síndrome de Down también puede ocurrir cuando parte del cromosoma 21 se une (transloca) a otro cromosoma, antes o durante la concepción. Estos niños tienen las dos copias habituales del cromosoma 21, pero también tienen material genético adicional del cromosoma 21 unido a otro cromosoma.
No se conocen factores de conducta o ambientales que provoquen el síndrome de Down.
¿Se hereda?
La mayoría de las veces, el síndrome de Down no es hereditario. Se produce por un error en la división celular en las primeras etapas del desarrollo del feto.
El síndrome de Down por translocación se puede transmitir de padres a hijos. Sin embargo, solamente alrededor del 3 al 4 por ciento de los niños con síndrome de Down tienen translocación, y solo algunos de ellos lo heredaron de uno de sus padres.
Cuando se heredan translocaciones equilibradas, la madre o el padre tienen parte del material genético del cromosoma 21 reordenado en otro cromosoma, pero no tienen material genético adicional. Esto quiere decir que no tienen signos ni síntomas de síndrome de Down, pero pueden pasar la translocación desequilibrada a sus hijos y provocar que tengan síndrome de Down.
Factores de riesgo
Algunos padres tienen mayor riesgo de tener un bebé con síndrome de Down. Los factores de riesgo son:
Edad avanzada de la madre. Las probabilidades de una mujer de dar a luz a un niño con síndrome de Down aumentan con la edad porque los óvulos más antiguos tienen más riesgo de división cromosómica inadecuada. El riesgo de una mujer de concebir un hijo con síndrome de Down aumenta después de los 35 años. Sin embargo, la mayoría de los niños con síndrome de Down nacen de mujeres menores de 35 años porque las mujeres más jóvenes tienen muchos más hijos.
Ser portadores de la translocación genética para el síndrome de Down. Tanto hombres como mujeres pueden transmitir la translocación genética para el síndrome de Down a sus hijos.
Haber tenido un hijo con síndrome de Down. Los padres que tienen un hijo con síndrome de Down y los que tienen una translocación tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno. Un asesor en genética puede ayudar a los padres a comprender el riesgo de tener otro hijo con síndrome de Down.
Complicaciones
Las personas con síndrome de Down pueden tener diversas complicaciones, algunas de las cuales se vuelven más notorias con la edad. Algunas de estas complicaciones pueden ser las siguientes:
Defectos cardíacos. Aproximadamente la mitad de los niños con síndrome de Down nacen con algún tipo de defecto cardíaco congénito. Estos problemas cardíacos pueden poner en riesgo la vida y pueden requerir cirugía en los primeros años de la infancia.
Defectos gastrointestinales. Algunos niños con síndrome de Down presentan anomalías gastrointestinales, que pueden comprender anomalías de los intestinos, el esófago, la tráquea y el ano. Pueden presentar mayor riesgo de tener problemas digestivos, como obstrucción gastrointestinal, acidez estomacal (reflujo gastroesofágico) o enfermedad celíaca.
Trastornos inmunitarios. Debido a anomalías en el sistema inmunitario, las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de presentar trastornos autoinmunitarios, algunos tipos de cáncer y enfermedades infecciosas, como la neumonía.
Apnea del sueño. Debido a los cambios óseos y de los tejidos blandos que causan la obstrucción de sus vías respiratorias, los niños y adultos con síndrome de Down tienen mayor riesgo de sufrir apnea obstructiva del sueño.
Obesidad. Las personas con síndrome de Down tienen una mayor tendencia a la obesidad en comparación con la población general.
Problemas en la columna vertebral. Algunas personas con síndrome de Down pueden presentar una alineación incorrecta de las dos vértebras superiores del cuello (inestabilidad atlantoaxial). Esta afección las pone en riesgo de padecer lesiones graves en la médula espinal debido al estiramiento excesivo del cuello.
Leucemia. Los niños pequeños con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de leucemia.
Demencia. Las personas con síndrome de Down tienen un riesgo enormemente mayor de demencia; los signos y síntomas pueden comenzar aproximadamente a los 50 años. Tener síndrome de Down también aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.
Otros problemas. El síndrome de Down también puede vincularse con otras afecciones, como problemas endocrinos, problemas dentales, convulsiones, infecciones de los oídos y problemas de la audición o la visión.
Los controles de atención médica de rutina y el tratamiento de los problemas de forma oportuna pueden ayudar a las personas con síndrome de Down a mantener un estilo de vida saludable.
Expectativa de vida
La expectativa de vida ha aumentado dramáticamente para las personas con síndrome de Down. En la actualidad, una persona con síndrome de Down puede esperar vivir más de 60 años, dependiendo de la gravedad de sus problemas de salud.
Prevención
No existe una manera de prevenir el síndrome de Down. Si tienes un riesgo elevado de tener un niño con síndrome de Down o ya tienes un niño con síndrome de Down, quizá desees consultar con un asesor en genética antes de quedar embarazada.
Un asesor en genética puede ayudarte a comprender tus probabilidades de tener un niño con síndrome de Down. También puede explicarte las pruebas prenatales que están disponibles y ayudarte a comprender sus ventajas y desventajas.